Con el paso de los años la necesidad del hombre por buscar la respuesta a muchos hechos naturales, ha dado hincapié a descubrir diversas disciplinas que facilitan su estudio. Entre ellas la química, que con el paso del tiempo fue creciendo y tomando fuerza para colocarse en procesos diversos, desde nivel laboratorio hasta el industrial, dando descubrimientos que facilita nuestra forma de vida.
Uno de los inconvenientes de la química y de la industria química, es la generación de residuos y productos que en su mayoría afectan el medio ambiente, dando mala imagen a esta disciplina de estudio. Esto ha motivado a científicos para obtener productos que cumplan su objetivo sin dañar al medio ambiente, dando origen al concepto de “química Verde”. Este concepto está asociado con la prevención de la contaminación ambiental mediante el diseño de procesos y productos químicos que no posean propiedades dañinas al medio ambiente, y sus objetivos han sido definidos de manera específica como “el establecimiento de los principios para la síntesis y aplicación de productos y procesos químicos que reduzcan o eliminen completamente el uso y producción de materiales dañinos al medio ambiente”.
Los 12 principios de la química verde desarrollados por Warner y Arnas nos permiten analizar procesos y establecer qué tan “verde” puede ser una reacción química, un proceso industrial o un producto.
- Es mejor evitar la formación de residuos que tratarlos o limpiarlos después de que se hayan formado.
- Los métodos de síntesis deberán diseñarse para maximizar la incorporación de todos los materiales utilizados en el producto final.
- Siempre que sea posible, las metodologías sintéticas deberían diseñarse para usar y generar sustancias con poca o ninguna toxicidad para la salud humana y el medio ambiente.
- Los productos químicos deberían diseñarse para mantener la eficacia de su función, a la vez que reducen su toxicidad.
- El empleo de sustancias auxiliares (como disolventes, agentes de separación, etc.) debería evitarse en lo posible, y ser inocuo cuando se empleen.
- El impacto medioambiental y económico de los requerimientos energéticos debe ser reconocido y minimizado. Los métodos sintéticos deberían aplicarse a presión y temperatura ambiente.
- Deben utilizarse materias primas renovables siempre que sea técnica y económicamente viable.
- Reducción de derivados. La derivatización innecesaria (grupos bloqueadores, etapas de protección/desprotección, modificaciones temporales) debe evitarse en la medida de lo posible.
- Los reactivos catalíticos (tan selectivos como sea posible) son superiores a los reactivos estequiométricos.
- Los productos químicos deben diseñarse de forma que al final de su función no persistan en el entorno y se degraden en productos inocuos.
- Deben desarrollarse metodologías analíticas que permitan el seguimiento y control de procesos en tiempo real, antes de que se formen sustancias peligrosas.
- Las sustancias químicas y las formas en que se usas dichas sustancias en un proceso químico deben escogerse para minimizar el potencial de accidentes químicos, incluyendo vertidos, explosiones e incendios.
Concluyendo, los doce principios, representan maneras y acciones preventivas para desarrollar métodos que permitan el seguimiento y control de cualquier proceso químico en tiempo real. Mencionan que deben utilizarse materias primas renovables siempre que la economía sea viable y generar sustancias sin toxicidad salvaguardando siempre la salud humana y el medio ambiente.
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