Las bebidas más consumidas por el mundo son el agua, el té, y la cerveza. Esta última se caracteriza sobre las otras dos por tener un índice alcohólico, muy bajo o alto dependiendo la elaboración. Es la bebida alcohólica más antigua del mundo y actualmente más consumida en el mundo.

 Es producida por la fermentación de almidones y féculas que son derivadas de granos de cereales como la cebada de malta, trigo, maíz y arroz. Las cervezas, a pesar de ser derivadas de los mismos granos, se caracteriza cada una por la aromatización que se le da con el lúpulo, el cuál es el que aporta el amargor y el conservador natural del producto.

 Como todo buen producto, tiene que ser valorado y regulado para su calidad. Existe tecnología para la ciencia que ayuda a analizar la calidad de la cerveza. Los UHPLCs (LCs de ultra-alto rendimiento) pueden evaluar compuestos clave como las isohumulonas, que se producen cuando el lúpulo se oxida y afecta el sabor de la cerveza.

  Además de los antes mencionados, cuenta con más microcomponentes, donde alcanza a mirar un patrón general mucho más amplio de compuestos de sabor clave que vienen de lúpulo y de otros ingredientes del proceso de fabricación de cerveza.

 Los sistemas LC y LC / MS pueden evaluar con precisión las vitaminas B y los polifenoles, mientras que las plataformas  ICP-MS y ICP-OES pueden evaluar los nutrientes minerales. Asimismo, puede identificar contaminantes tales como microtoxinas, metales pesados y diversos alérgenos.

 Todo esto con el fin de consumir una cerveza la cual aporta grandes beneficios para nuestra salud. Aumenta la sensibilidad a la insulina, quiere decir, disminuye el riesgo de presentar diabetes. Contiene vitaminas, minerales y antioxidantes, necesarias para el evitar el envejecimiento celular. Incluso ha llegado a reportar tasas menores de ciertos cánceres como el de vejiga y una incidencia menor de cálculos renales en adultos.

 Gracias a las mejores tecnologías, logra asegurar que la cerveza sea de la mejor calidad posible. Por lo que es importante tener en cuenta el proceso específico y tan determinado que puede constar en tan solo 355 ml de cerveza y todo lo qué logra aportar a nuestra salud, evitando siempre los excesos.