Iniciar un laboratorio puede ser un proceso difícil. El diseño, la construcción y la puesta en marcha son procesos muy complejos.
Hay muchas variables a tomar en cuenta, se trata del proyecto en el cual se sentarán las bases de todos nuestros proyectos, así que no puede salir cualquier cosa.
¿Por dónde empiezo?
Hay que hacerse rodear de un equipo de expertos en su ramo, ese es el primer paso. Un equipo de talentos que nos den verdaderas soluciones para laboratorio.
No podemos dejar nada al azar. Hay que ser selectos en los consejeros y asesores.
No escatimemos en los recursos disponibles. Los presupuestos siempre son factores, pero las buenas prácticas de laboratorio dictan que debemos analizar todas las posibilidades, hasta las más absurdas, antes de tomar una decisión.
Cada científico tiene sus ritmos, pero es imprescindible no dejarse llevar por la prisa, que no es una buena consejera.
Se debe echar mano de todos los recursos disponibles y apostar por fuentes extraordinarias.
Hay organismos internacionales dispuestos a apoyar en proyectos de desarrollo, y la instalación de un nuevo laboratorio ciertamente lo es.
El financiamiento
Un recorrido virtual sobre apoyos para construcción de laboratorio puede arrojar buenos dividendos.
En un instante dejaste de ser estudiante de posgrado y los retos en la academia parecerán sencillos frente a los que vienen en la vida real.
Uno de los primeros es el diseño de laboratorio y el financiamiento es crucial.
Michael Huett, de la Universidad de Pennsylvania, se graduó de un doctorado en Física, y lo primero que hizo fue acercarse a dos colegas. Uno de ellos no era de su total simpatía, pero sabía que no hallaría a alguien mejor para el diseño de su centro de investigación y les planteó la idea.
Los tres sacaron ventaja, aunque no necesariamente económica. La experiencia de montar un centro de investigación también le agrega peso al prestigio profesional.
Tom Bernard, profesor emérito de la Universidad de Yale, recomienda el reparto de las responsabilidades como primer paso. “Toma las cosas con calma, no puedes ir deprisa y mucho menos en la constitución de tu equipo”, asegura.
Trabajo en equipo
El reclutamiento y la contratación habrán de ser “a fuego lento”.
Luego de la constitución, hay que dejar un periodo de adaptación que fijará el tono de la dinámica de grupo.
Asegúrate de crear las condiciones para una buena atmósfera de trabajo. El intercambio de conocimientos ayuda a tal objetivo. Si tienes un proyecto en el que has estado trabajando, sé generoso para compartirlo.
Esto dará confianza a tu equipo y las cosas marcharán naturalmente desde el principio.
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