El análisis de inyección de flujo (FIA) se introdujo hace más de 15 años donde se encontró la posibilidad de reducir la inversión de flujo y selección del volumen exacto en las muestras y reactivos. El análisis consiste en una herramienta de automatización de inyección de muestras reproducibles en una corriente para dispersión controlada  y sincronizada desde el punto inyector hasta el sistema de detección.

 El flujo de inyección es un dinámico, especialmente por el sistema simplificado que maneja. Para garantizar la eficiencia del estudio, la función de respuesta del detector depende del tiempo y del proceso físico de la dispersión del bolo de muestra en el portador circundante. Por ello, la comprensión del personal sobre los fundamentos básicos del análisis, es importante para optimizar el rendimiento del sistema.

 Conceptualmente, el FIA puede ser visto como la cromatografía líquida de alto rendimiento (HPLC) sin columna. La diferencia es el aporte de la columna en la HPLC, que proporciona especificidad, en cambio, el FIA su combinación química y sus detectores son los que la proporcionan.

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 Entre las técnicas de inyección de flujo se pueden realizar aplicaciones ambientales, donde por medio de estudios de suelo, agua y aire, han encontrado distintos tipos de sustancias orgánicas de interés. Se ha practicado el estudio de determinación de potasio en suelo y lodo, mezclando el análisis de inyección con la espectrofotometría.

 La muestra del suelo fué colocada en un recipiente donde se administró una solución extractora automáticamente por inyección, después de pocos minutos, la filtración procedió en modo de línea y una mínima parte del filtrado fue enviada al detector.

 Además de la detección de material orgánico, el FIA se ha empleado para pruebas de fraccionamiento dinámico y para realizar la extracción secuencial de fracciones fácilmente movibles de elementos traza (Cu, Cd, Ni, Pb, Zn) en cenizas. Incluso, en el medio acuático, proporcionó información sobre piscinas extractables en menos de dos horas, a comparación de las 18 requeridas en un método estándar.