Una de las reglas más importantes de cualquier deporte es competir con limpieza y en las mismas circunstancias. El espíritu olímpico no podría ser tal sin un sentido de igualdad, justicia y transparencia, por eso el control antidoping es necesario.

Hoy muchos se preguntan: ¿a quién se le ocurrió que debía hacerse un estudio a todos los deportistas participantes en una justa deportiva de largo alcance?

Y en esa pregunta está incluido un tema fundamental en los Juegos Olímpicos que se disputan en Rio de Janeiro. Durante estos días nos preguntamos cómo hacen para controlar que ningún atleta haya echado mano una ayuda “extra”.

Las noticias en la ciencia señalan que el bioquímico alemán Manfred Donike fue el científico que sentó las bases para facilitar este proceso y hacerlo más confiable. Él fue el primero en hacer pruebas a gran escala en los atletas que participaron en las olimpiadas de Munich 1972. Usando una cromatografía de gases conectada a una computadora logró reducir el proceso de 15 pasos a solo 3, sin que algún científico del mundo pudiera contradecir o superar su método.

En 1982 descubrió que la testosterona sintética se degrada más lentamente a epitestosterona que la testosterona producida por el propio cuerpo. Esta investigación sirvió para desarrollar los test que miden la relación testosterona/epitestosterona, que desde hace casi 40 años se emplean en distintas competiciones deportivas.

En los Juegos Panamericanos de 1983 el laboratorio de Donike descalificó a 19 atletas y orilló a la renuncia de muchos otros que declinaron someterse a pruebas de laboratorio.

En los Juegos Olímpicos de 1988, su testimonio fue clave para la suspensión del corredor Ben Johnson. En aquel momento se dijo que “alguien” había inyectado la bebida del canadiense para incriminarlo, pero la respuesta y las pruebas eran contundentes, tal como la frase del alemán: “¿Cómo pueden decir semejante disparate?”.

Donike falleció de un ataque al corazón el 21 de agosto de 1995 a los 61 años de edad. Lo hizo trabajando, pues en ese momento viajaba a los Juegos Africanos para establecer el primer gran laboratorio de prueba antidoping en ese continente.

Sus contribuciones en materia de cromatografía de líquidos y espectrometría de masas son invaluables, pues ideó todos los métodos químicos para identificar cualquier sustancia prohibida.

La tecnología para la ciencia le debe mucho a este hombre que tiene un premio con su nombre otorgado por la firma HP para reconocer a aquellos científicos que ayudan a mejorar las soluciones químicas para desenmascarar a quien abuse de drogas para competencias.

Y aunque él mismo fue un gran atleta, pues ganó 14 títulos nacionales en ciclismo, sus soluciones analíticas también tienen aplicaciones más allá del deporte como en pruebas forenses o legales en cuerpos de justicia alrededor de todo el mundo. 

El legado de Donike permite que hoy existan productos y servicios de detección de toxinas y drogas certificados y reconocidos a nivel internacional. Entre las pruebas Antidoping que puede realizar con los nuevos equipos encuentran la detección de Cocaína, Marihuana, Metanfetaminas, Opiáceos, Anfetaminas, Benzodiazepinas y Antidepresivos, entre otros.

El doping deportivo en los Juegos Olímpicos se mide mediante la utilización de 3 muestras:

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  Orina. Mide el consumo reciente (de 3 a 5 días), ya que la vida media de la mayoría de las sustancias que detecta se sitúa alrededor de 48 horas, excepto la marihuana o cannabis, que puede ser detectada hasta 28 días después. Asimismo, puede revelar una dosis única de una sustancia, pero no su uso crónico.
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  Saliva. Pueden detectar restos hasta 3 días posteriores al consumo de drogas. Aunque es menos invasiva que las pruebas de orina, la mayoría de los medicamentos no son detectables en la saliva después del plazo mencionado.
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  Cabello. Mide el consumo crónico o a largo plazo. Para el procedimiento se necesitan 50 milímetros de pelo, que usualmente se obtienen de cabeza, pecho, axilas o región púbica. En los Juegos Olímpicos sólo aplica para segundas muestras, una vez que la prueba de orina dio positivo.