Las investigaciones y descubrimientos científicos relacionados con los Juegos Olímpicos de Río 2016 son los temas más buscados de la actualidad.
Por una parte, las autoridades locales están preocupadas por la súper bacteria hallada en aguas brasileñas, y por otro lado el virus del zika ha comenzado a hacer estragos en la organización.
La presencia de una bacteria en sedes donde se llevarán a cabo competencias de surf y vela, alarmaron a la comunidad olímpica internacional y a los turistas que están planeando realizar el viaje a tierras brasileñas.
Científicos norteamericanos concluyeron que esta bacteria podría causar infecciones letales en la sangre. El origen de esta se debe a las descargas de aguas negras y de desechos hospitalarios en afluentes abiertos.
Noticias científicas han informado de la presencia de expertos analistas en las playas de Ipanema, Copacabana, Flamengo, Botafogo y Guanabara, donde se detectó la bacteria.
Según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, esta bacteria es capaz de provocar infecciones urinarias, gastrointestinales, sanguíneas y pulmonares. Lo grave es que estos seres solamente se encontraban en hospitales, y es absurdo que hayan logrado colarse a las playas mencionadas.
Sin embargo, el gobierno brasileño ha demostrado su interés en dar con una solución que no afecte el desarrollo de los Juegos Olímpicos, empezando por un saneamiento de los cauces de agua que evidentemente se ha dificultado desde el origen en un área con una población de más de 12 millones de personas. A grandes ciudades, grandes problemas.
En estos días se redoblaron los esfuerzos para recuperar cierta normalidad, pero hasta ahora no les ha alcanzado.
Por si fuera poco, el encuentro deportivo más importante del mundo enfrenta otra amenaza sanitaria. El mosquito Aedes aegypti no ha podido ser frenado y el virus del zika sigue proliferándose.
Este diminuto ser ha propagado miles de casos de hidrocefalia en todo el mundo y lo que menos quiere el comité olímpico organizador es que uno de estos se presente durante el evento, por lo que han solicitado a las autoridades sanitarias que redoblen esfuerzos en materia de fumigación, prevención y difusión sobre este mal.
Los Juegos Olímpicos de Brasil 2016 están enfermos, pero de los funcionarios brasileños depende que no pasen a la historia como los Juegos de la Enfermedad, o peor aún, los Juegos de la Muerte.
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