El concepto de industria 4.0 supone una nueva forma de organizar los medios de producción, permitiendo que las fábricas inteligentes del futuro sean capaces de adaptarse mejor a las necesidades de los clientes. Consiste en la introducción de las tecnologías digitales en las fábricas. Es una forma de llamar al fenómeno de transformación digital aplicado a industria de producción.
El alcance de estos grandes avances nos hace percibir grandes mejoras en los puestos de trabajo, productos personalizados para cada cliente, ciudades inteligentes y más eficientes y movilidad sin límite del trabajador. Así mismo logra una gestión más eficaz de los recursos, mejora de todos los procesos y aumento de la rentabilidad. Este proceso de transformación desde la industria 3.0 actual a la digital se conoce como la cuarta Revolución Industrial.
La Industria 4.0 ofrece una nueva visión, apoyándose en unas bases tecnológicas que se encuentran actualmente cada vez más desarrolladas y que permitirán transformar los sectores de la energía y la fabricación, conectando el producto en una cadena de valor totalmente integrada y transparente.
Cuando hablamos de la cuarta revolución industrial, pensamos que solo se enfoca en virtualización, análisis de big data, robótica, etc. Pero debemos tomar en cuenta como esta revolución afecta a todos los ámbitos industriales de forma específica para las tecnologías biológicas, físicas y químicas que cambiaran al mundo de forma radical.
La industria química ha destacado históricamente por situarse en la vanguardia de la innovación, así como por incorporar los más novedosos sistemas productivos en su búsqueda permanente por la eficiencia de los procesos. Esta innovación ha ido vinculada mayoritariamente al desarrollo del propio producto. La industria química, en general, ha sabido adelantarse a los tiempos e incorporar la última tecnología a sus métodos de trabajo aplicándola a las plantas productivas y sus líneas de negocio. La fábrica inteligente no es sólo por contar con la más avanzada maquinaria o los productos más innovadores del mercado, es, también, por incorporar en su sistema de gestión interna las últimas tecnologías de la comunicación, que ya se han demostrado como el mejor elemento transversal de modernización e innovación de los procesos.
La industria química está dando pasos hacia la implantación de software y digitalización de estas actividades poco desarrolladas históricamente como es la de la prevención de riesgos laborales, que está transformando sus procesos consiguiendo con poca inversión grandes ahorros, tanto económicos como de tiempo, y lo que es más importante: reduciendo la siniestralidad laboral. La tecnología permite, para este campo también, la validación automática de ciertos documentos requeridos entre empresas e incluso informar, formar y, así, prevenir a los propios trabajadores de los riesgos específicos a los que se enfrentará en sus incursiones en centros de trabajo ajenos. Todo ello de forma telemática y vinculado a los sistemas de control de acceso a plantas.
La industria 4.0 ha evidenciado la necesidad de integrar soluciones tecnológicas, procesos y mejoras desde una perspectiva integral, buscando transformar la estructura corporativa y de varios departamentos en vez de soluciones específicas que únicamente den respuesta a un único interlocutor. El impulso definitivo hacia la fábrica inteligente está llegando de la externalización de los procesos auxiliares de la empresa.
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