Existen millones de microorganismos tanto conocidos como desconocidos que ejercen funciones distintas en el medio ambiente y en nuestro organismo. Algunos pueden causar enfermedades y otros incluso, defendernos de ellas.
Por ello, existen normas que regulan la actividad sanitaria del ambiente, en el caso de los alimentos,existen las normas de inocuidad alimentaria. Encargadas de eliminar y detectar todo agente nocivo para la salud que se encuentre en los alimentos.
Para entender un poco mejor cómo se lleva a cabo la inocuidad alimentaria, es necesario plantear que existen microorganismos buenos, malos y peligrosos. Los buenos los podemos encontrar dentro de los alimentos que consumimos como los quesos, el yogur, lácteos.
Los malos son aquellos que no producen enfermedades pero hacen que los alimentos se degeneren y huelan mal. Por último, los peligrosos, son los causantes de enfermedades que incluso pueden ser mortales y la mayoría no altera el aspecto de los alimentos.
Todos los microorganismos son esenciales en nuestro planeta a excepción de los peligrosos, ellos son el objetivo del personal de seguridad alimentaria, quienes manejan campañas de sanidad e implementan medidas generales de higiene para disminuir las tasas de enfermedades por transmisión directa.
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Los microorganismos se pueden encontrar en las heces de animales y humanos, en la tierra, agua, ratas, ratones insectos, animales domésticos o silvestres, en las personas, sobre todo, en mucosas. Una sola cucharada de tierra puede contener miles de microorganismos distintos y en la piel humana alrededor de 100.000 bacterias por metro cuadrado.
El desplazamiento de los microorganismos depende de un vector o persona que los mueva de lugar, comúnmente son movidos en las manos de las personas y en su boca, lo que provoca una mayor contaminación y variación de microorganismos en el ambiente.
Por ello es importante la higiene de manos con jabón y agua, antes y después de consumir los alimentos, aunque actualmente se ha empleado en mayor medida el gel antibacterial. Además lavar frutas y verduras antes de consumirlas durante 30 segundos en cada una.
También es importante evitar el calor cerca de proteínas animales como la carne, pescado o pollo, ya que puede desencadenar una descomposición de microorganismos e infectar a la persona que los consuma.
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