Todas las actividades realizadas dentro de un laboratorio representan peligro.

Para eliminar los riesgos es fundamental saber qué se está haciendo, y tener un correcto manejo y conocimiento de los materiales de laboratorio.

Las buenas prácticas de laboratorio nos señalan que debe realizarse una lectura crítica del proceso a seguir, se debe disponer de los instrumentos de laboratorio, así como tener todas las medidas de protección activadas.

Cuando se trata de manipular sustancias, se debe hacer con las cantidades mínimas y siempre tener un protocolo en caso de accidentes.

En lo que respecta a las normas, siempre deben tenerse claras y asegurarse que todos los involucrados entiendan los procesos.

Organización y administración

El lugar debe contar con los equipos de protección, tanto individuales como colectivos.

El orden y la administración de los materiales es primordial. Una vez que se utilicen deben guardarse y retirarse de la zona de trabajo para evitar acumulación de factores o contaminación en los procedimientos.

La persona encargada del laboratorio debe tener un sistema de autorización y control de todos y cada uno de los experimentos y procesos realizados y por realizar.

Además, debe conocer el funcionamiento de todos los instrumentos y maquinaria que opera en el lugar.

No es cuestión de ser experto, sino de saber el funcionamiento básico y tener a la mano los teléfonos de la empresa fabricante o proveedora en caso de algún desperfecto.

Operación y conducta

La higiene tanto al ingresar como al salir del lugar es básica. Aunque no hayas tenido contacto con las sustancias, siempre existe la posibilidad de contaminación o contacto indirecto.

Los instrumentos y materiales deben estar impecables o esterilizados, de ser el caso, para evitar mezclas improcedentes o riesgosas.

No se deben usar envases que previamente hayan tenido otras sustancias, al menos que pasen por un proceso de esterilización.

Las etiquetas deben estar claras, visibles y ,por lo menos, en dos idiomas. Las advertencias de riesgo deben tener prioridad en la distribución del producto y nunca deben retirarse.

El almacenaje debe quedar claramente establecido, las sustancias más peligrosas en un sitio accesible para los sistemas de emergencia, e inaccesible para personal ajeno.

La señalética debe advertir sobre los riesgos, reglas y restricciones, y debe ubicarse en sitios generales, siendo visible aún en circunstancias de poca luz. Las más importantes son no ingerir alimentos, bebidas ni consumir tabaco o alcohol dentro del laboratorio.

Los materiales y sustancias deben tener bien claras las fechas de compra, utilización y caducidad. El proveedor debe dar esa información al momento de la entrega, así permitiendo la optimización de todos los recursos.